La frustración de no haber llegado a tiempo al banco, provocó que en 1965 se le ocurriera al inglés John Shepherd Barron la idea de crear una máquina para retirar dinero, similar a las dispensadoras de chocolates que existían en ese momento.

En una entrevista con la BBC Mundo efectuada en 2017, narró que vivía en el campo y viajó hasta Londres para cambiar un cheque, pero ya estaba cerrada la sucursal. Regresó frustrado y enfadado: “Aquella noche, mientras tomaba un baño, empezó a pensar en cómo podía tener acceso a su dinero a cualquier hora”, citan en el artículo.

El proceso para llegar a los cajeros de hoy tuvo sus complicaciones. Inicialmente, acceder a ellos era una cuestión reservada para la élite y se usaban unos cheques fabricados con un material radioactivo que, al ingresar a los dispensadores (junto con un PIN de cuatro números), entregaban a cambio unas diez libras esterlinas (moneda inglesa). La cantidad de dígitos del número personal fue idea de la esposa de Shepherd, Caroline, quien le explicó que era un dato que podía recordar con facilidad.

Cuando Shepherd explicó la idea en los Estados Unidos “le tacharon de loco. Le dijeron que esas eran cosas de europeos que no podían funcionar al otro lado del charco”, describió el periodista Miguel Calzada en el diario El País (España).

Tras el arduo proceso, el 27 de junio de 1967, fue instalado el primer cajero automático (creado por el británico) en una sucursal del Banco Barclays. Ahora, los dispensadores de estas divisas están regados por todo el planeta.

Para hacer buen uso de estos artefactos, sigue las recomendaciones de la Superintendencia de Bancos:

a) Utiliza cajeros automáticos con los cuales estés familiarizado y te sientas seguro. Prefiere los que cuenten con iluminación adecuada.

b) Observa a tu alrededor antes de acercarte. No lo utilices si lo rondan individuos sospechosos o si el área se encuentra muy aislada.

c) Si algo parece fuera de lo normal como si hubiera sido alterado, o ves algún elemento adjunto a la abertura donde se inserta la tarjeta o al teclado, no lo utilices y dirígete a otro cajero automático e infórmale al banco.

d) No confíes en mensajes o letreros que digan que las instrucciones cambiaron, especialmente si el mensaje está colocado en la parte de arriba del lector de tarjetas.

e) No escuches a desconocidos que te ofrecen ayuda mientras estés en el cajero automático, aunque tu tarjeta sea retenida o tengas alguna otra dificultad. No permitas que te distraigan en el momento que realices la transacción.

f) Nunca fuerces tu tarjeta en la ranura donde se inserta.

g) Cambia tu PIN periódicamente, y si estimas que alguien está utilizando tu PIN, coloca

Por Jéssica Osorio

9-10-2018