Por Jéssica Osorio

Uno de los medios de pago que revolucionó el manejo del dinero a nivel mundial, fue la tarjeta de débito. En los noventa, eran todavía poco comunes, ahora la mayoría de los bancos te entregan una al abrir tu cuenta monetaria o de ahorros. Su uso te facilita comprar, realizar pagos y no necesitas llevar efectivo en la bolsa. También te ofrecen otros beneficios como consulta de saldos, retiros en efectivo y compras por internet.

 

Inspiradas en el diseño de sus antecesoras, —las tarjetas de crédito, cuyo origen se remonta a mediados del siglo pasado—, poco se dice sobre los orígenes de las tarjetas de débito, aunque se sabe que los dispositivos con banda magnética que le anteceden aparecieron en la década de los 70.

 

Su historia se originó tras un incidente protagonizado por dos ejecutivos neoyorquinos, Alfred Bloomingdale y Frank McNamara, quienes, al finalizar su almuerzo, se percataron que no llevaban  dinero para pagar y la esposa del último, debió sacar de su bolsa el efectivo necesario para saldar la cuenta.

 

Esta situación les dejó a los ejecutivos la inquietud de crear una red de restaurantes que les permitiera consumir con una tarjeta especial (de papel y que se podía presentar en 14 restaurantes del área). Poco a poco, esa idea se perfeccionó y popularizó. La diferencia entre ambos dispositivos es que, la de débito, es para gastar nuestro dinero, mientras que la de crédito es un préstamo que debemos pagar.

 

Recomendaciones

 

Las autoridades de la Superintendencia de Bancos (SIB) recomiendan firmar inmediatamente (en cualquiera de las dos opciones de tarjetas) el reverso después de su recepción, revisar periódicamente los estados de cuenta de los depósitos, cancelarlas si no las utilizas y asegurarte de que, al pagar, no la pasen electrónicamente por dos dispositivos distintos.

 

También piden no proporcionar el número de tu tarjeta por teléfono o a través de internet (a menos que sea una transacción con una empresa confiable, tú hayas hecho la llamada o estés seguro de la identidad de tu interlocutor), entre otras medidas de seguridad.

 

A continuación, te presentamos 10 máximas para el buen uso de tu tarjeta de débito, sugeridas por la SIB:

 

  1. Cuídala porque es tu dinero.
  2. Es tu salario o ingresos, no es crédito.
  3. Realiza tus compras con ella para cargar menos efectivo.
  4. Compara y elige qué banco te cobra menos comisiones.
  5. Lleva un registro de tus compras.
  6. Conoce cuántos retiros puedes hacer sin comisión.
  7. Procura usar los cajeros automáticos del banco que expidió tu tarjeta.
  8. Memoriza el Número de Identificación Personal (PIN) y no lo des a conocer.
  9. En caso de robo o extravío, repórtala de inmediato a tu banco.
  10. Revisa tu estado de cuenta y las fechas de los consumos realizados.

 

Acá puedes consultar información sobre la tarjeta de débito que te proporciona Bantrab.

                                                                                                                                                                                            21-09-2018