Llegó el 31 del mes y las cuentas de la luz y el agua subieron. Además, recibes la factura de teléfono y te das cuenta que esas llamadas que creías haber hecho a usuarios del mismo operador, en realidad eran de distintos y, por eso, tienes que pagarlas fuera del plan.

El estrés te agobia porque no sabes si tus ingresos del mes alcanzarán para cubrir esto y las demás cuentas de siempre. Entonces recurres a tu cuenta de ahorro, en la que estabas sumando algo de dinero para el viaje que te planteaste hacer en enero de hace diez años. Y te das cuenta de que deberás renunciar a él, una vez más.

Como un acróbata haciendo piruetas por los aires, aterrizas con precisión milimétrica en la marca, y aunque tienes algunos moretones, estás listo para sobrevivir un mes más. Entonces te preguntas a dónde se te va todo el dinero.

Aunque no lo creas, esta situación es muy común para todos los trabajadores a nivel global. Y aunque es fácil de enmendar, requiere mucho autocontrol, perseverancia, disciplina y recordatorios constantes de que tu salud financiera depende de ti.

El primer paso para comenzar a cambiar esta situación es hacer un presupuesto. Es decir, estimar tus ingresos y gastos mensuales.

 Ingresos:  es el dinero que recibes por salarios, rentas por el alquiler de casas, cuartos o locales, remesas, bonos o premios, pensiones, etcétera. Estos pueden ser fijos (una cantidad segura que esperas mensualmente) o variables (un aporte que no esperas o que cambia de monto).

• Gastos: es el dinero que sale de tus cuentas y tu bolsillo. También pueden ser fijos como pagos de electricidad, agua, colegiaturas, préstamos, hipotecas, o pueden ser variables en forma de comida, transporte, ropa, salidas, gastos médicos, etcétera.

Luego de escribirlos a detalle, compáralos. ¿Dónde te queda más dinero? ¿En los gastos? Si es así, haz conciencia y comienza a recortarlos. Sepáralos por necesidades y gustos, y elimina los que no son urgentes o prioritarios. Muchas veces deberás hacer sacrificios.

Aquí puedes ver un ejemplo de cómo hacer un presupuesto

Usa tu tarjeta de crédito para cumplir con tu presupuesto (y ganar dinero)

Un presupuesto bien elaborado puede manejarse con diferentes métodos de pago, no solamente efectivo. Una opción que puede ser muy beneficiosa es el uso de tarjetas de crédito con un programa de puntos sólido, como las que te ofrece Bantrab.

Las tarjetas de crédito Bantrab Visa son fáciles y seguras de usar, son aceptadas en múltiples establecimientos y tienen controles como notificaciones por cada uso. Además, por cada consumo que realices, acumulas puntos que después puedes canjear por dinero en efectivo. Ganarás dinero mientras cumples y controlas todos tus gastos.

Al usar una tarjeta de crédito como medio de pago, todos tus consumos quedarán registrados en el estado de cuenta para que poseas control total de tus gastos. Los de tu tarjeta de débito también quedarán registrados y los pagos en efectivo mejor si los apuntas en un listado o aplicación. Con ese control total sabrás cuando llegas a tu límite de gasto presupuestado y mantendrás tus finanzas saludables.

Recuerda que el presupuesto no es solo un papel, sino una herramienta que te puede ayudar a ser feliz y tener paz financiera. Su parte más importante es seguirlo, sin importar el método de pago que elijas.