Las universidades más prestigiosas del mundo: Harvard, Yale, Universidad Autónoma de México, Oxford, el Instituto Tecnológico de Monterrey e incluso el Instituto de Tecnología de Massachusets (donde han estudiado más de 78 Premios Nobel), imparten clases en línea.

 

En Guatemala, hay universidades que ya utilizan plataformas virtuales para impartir clases, principalmente cuando la temática es sobre negocios, como es el caso de la Escuela de Negocios Alto Nivel de la Universidad Panamericana (UPANA) y la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín.

 

Aunque su avance es todavía limitado, hay temas que harán de esta modalidad, algo más común, como por ejemplo: la diferencia de inversión entre la educación en línea y presencial, el tiempo invertido para trasladarse hasta los centros de educación, los costos del parqueo, el presupuesto de gasolina y libros.

 

Lisardo Bolaños es un experto en temas económicos e investigador en la Universidad George Mason (Virginia, EE.UU.). Debido a las distancias, utiliza una modalidad en línea para sus clases en la Escuela de Gobierno (EDG), en la ciudad capital. Con el apoyo de un auxiliar, resuelve dudas, califica tareas y mantiene una comunicación permanente con los alumnos.

 

En las clases tradicionales, los estudiantes comparten con otros alumnos y hacen trabajos en grupo, mientras que en las modalidades “puras” de educación en línea esto no sucede, nos explica Bolaños. Lo que sí demandan del alumno es disciplina e inglés porque mucho del material para una maestría, por ejemplo, es en ese idioma.

 

Cuando son cursos a nivel internacional “se espera que los estudiantes cuenten con un nivel mínimo de preparación: en matemáticas, estadística, cómo escribir un artículo académico, entre otros y, en Guatemala, ese es un reto enorme”, añade y concluye que, aunque un alumno sea brillante, al carecer de las habilidades en mención, estudiar en línea será algo muy cuesta arriba.

 

Los retos que ve Bolaños para que este tipo de educación se generalice en la región son mejorar la calidad del internet y que exista más disciplina en el país. También enfatizó que estudiantes y docentes, deben comprometerse con esta modalidad, porque es necesario el trabajo de ambas partes.

 

El sitio americalearningmedia.com cita un informe publicado por IBM, en donde se menciona que “Las empresas que utilizan herramientas y estrategias de e-learning tienen el potencial de aumentar la productividad hasta un 50%. Por cada dólar que la empresa gasta, se estima que pueden recibir 30 dólares en productividad”.

 

Desde 2012, el Grupo Financiero creó la Universidad Corporativa Bantrab para ofrecer a sus colaboradores un proyecto de formación permanente para mejorar su desempeño personal y profesional por medio de programas que tuvieran un aval académico y que respondieran al plan estratégico de la institución. Ese primer año, dos mil personas participaron en el proceso.

 

Por Jéssica Osorio